Oh! tú, Que vienes al doloroso hospicio, mira como entras y de quien te fías, no te engañe la amplitud de la entrada - - Canto V, Divina Comedia

♠Introducción A historia Calaminatum♠

♠Introducción A historia Calaminatum♠

Muchas veces el ejemplo es mas eficaz que las palabras para conmover los corazones de hombres y mujeres, como también para mitigar sus penas. Por eso, como yo también he conocido el consuelo proporcionado por la conversación con alguien que fue testigo de ellas, me propongo ahora a escribir sobre los sufrimientos provocados por mis desventuras para quien, aún estando ausente, siempre sabe dar consuelo. Lo hago para que, al comparar tus penas con las mías, descubras que las tuyas no son nada verdaderamente, o a lo sumo de poca monta, y así podrás soportarlas más fácilmente.


♠Henry Miller.
Trópico de Capricornio.

20070630


Amor mio, no t quiero por vos ni por mi ni por los dos juntos, no t quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estas del otro lado, ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto.

Julio Florencio Cortàzar,
Rayuela
(Horacio oliveira),

20070618

El Castillo de las Lagrimas

Cierra los ojos y Deja salir todo el ejercito de emociones, lanza los primeros avisos cambiando tu expresión, que todos vean que estas listo para el combate.

Abre los portones del castillo del miedo, ordena a los primeros Jinetes que revisen un camino seguro entre las Arrugas y los Granos ; ¡No permitas que se detengan, Impúlsalos hasta el abismo de tu Quijada y que se lanzen a tu pecho con el Orgullo de la Libertad!.

Por ningún motivo separes a tu ejercito, porque si alguno se pierde podría llegar hasta la cueva profana de los lamentos y las mentiras., resbalarse en los labios del recuerdo y ser mascadas por la furia de tu desilusión.


Ten en cuenta que si eso pasa, tus soldados y tu Batalla estarán perdidas, y lo único que t va a quedar es el sabor salado, frío, Triste y ya sin vida de tu Ejercito.
2 - 04 -07
hrs.: 2230

20070606

Lo que No Soportamos Fácilmente


Lo que sabemos de nosotros y lo conservamos en la memoria, no es tan decisivo como se cree para que vivamos felices. Llega un día en que se nos viene encima lo que otros saben de nosotros (o pretenden saber) , y desde ese momento reconocemos que esto es realmente lo que nos afecta. Soportamos más fácilmente la mala conciencia que la mala reputación.

Friedrich Wilhelm Nietzsche,
Gaya Ciencia, Af. 52