Oh! tú, Que vienes al doloroso hospicio, mira como entras y de quien te fías, no te engañe la amplitud de la entrada - - Canto V, Divina Comedia

♠Introducción A historia Calaminatum♠

♠Introducción A historia Calaminatum♠

Muchas veces el ejemplo es mas eficaz que las palabras para conmover los corazones de hombres y mujeres, como también para mitigar sus penas. Por eso, como yo también he conocido el consuelo proporcionado por la conversación con alguien que fue testigo de ellas, me propongo ahora a escribir sobre los sufrimientos provocados por mis desventuras para quien, aún estando ausente, siempre sabe dar consuelo. Lo hago para que, al comparar tus penas con las mías, descubras que las tuyas no son nada verdaderamente, o a lo sumo de poca monta, y así podrás soportarlas más fácilmente.


♠Henry Miller.
Trópico de Capricornio.

20080403

Tarumba

¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte, ni boticario,
ni rebelde?
¿Que puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

♠Jaime Sabines
Tarumba
Extraído de la Revista Atar a la Rata,
Año 2, Nº 16, Cochabamba, Nov 2005

Los Puentes de Cortàzar.

Los Puentes son como el amor, demandan la complicidad de las orillas, un lado de allá y un lado de acá, París y Buenos Aires. Espacio suspendido de encuentros gobernados sólo por el azar, tierra de todos y de nadie. El Pont des Arts y el tablón que desliza a Talita a la ventana de Horacio conducen siempre al mismo centro ilusorio; son la imagen de esa pequeña magia, de esa cosa divertida, esa palabra. Abajo corren los ríos metafísicos, hay que cruzarlos, aunque llueva o se caiga el mundo.

♠Jorge Komadina R.; sociólogo boliviano
Los Puentes de Cortàzar.
Extraído de la Revista Atar a la Rata,
Año 2, Nº 16, Cochabamba, Nov 2005

Los Amorosos


Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos viven al día,
no pueden hacer más,
no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

♠Jaime Sabines,
Los Amorosos,
Extraído de la Revista Atar a la Rata,
Año 2, Nº 16. Cochabamba, Nov. 2005

Si Hubiera De Morir

Si Hubiera de morir dentro de unos instantes, escribiría estas sabias palabras: Árbol. del pan y de la miel, ruibarbo, coca-cola, zonite, cruz gamada. Y me echaría a llorar.
Uno puede llorar hasta con la palabra "excusado" si tiene ganas de llorar.

Y esto es lo que hoy me pasa. Estoy dispuesto a perder hasta las uñas, a sacarme los ojos y exprimirlos como limones sobre la taza de café . ("Te convido una taza de café con cascaritas de ojo, corazón mio").

Antes de que caiga sobre mi lengua el hielo del silencio, antes de que se raje mi garganta y mi corazón se desplome como una bolsa de cuero, quiero decirte, vida mía, lo agradecido que estoy, por este hígado estupendo que me dejó comer todas tus rosas, el día que entré a tu jardín oculto sin que nadie me viera.
♠Jaime Sabines,
Si Hubiera De Morir.
Extraído de La Revista Atar a la Rata,
año 2, Nº 16. Cochabamba, Nov., 2005