Oh! tú, Que vienes al doloroso hospicio, mira como entras y de quien te fías, no te engañe la amplitud de la entrada - - Canto V, Divina Comedia

♠Introducción A historia Calaminatum♠

♠Introducción A historia Calaminatum♠

Muchas veces el ejemplo es mas eficaz que las palabras para conmover los corazones de hombres y mujeres, como también para mitigar sus penas. Por eso, como yo también he conocido el consuelo proporcionado por la conversación con alguien que fue testigo de ellas, me propongo ahora a escribir sobre los sufrimientos provocados por mis desventuras para quien, aún estando ausente, siempre sabe dar consuelo. Lo hago para que, al comparar tus penas con las mías, descubras que las tuyas no son nada verdaderamente, o a lo sumo de poca monta, y así podrás soportarlas más fácilmente.


♠Henry Miller.
Trópico de Capricornio.

20071218


Si tiene razones para sospechar que una persona le está mintiendo, simule creer cada palabra que dijo.
Esto la alentará a seguir; hará que ponga más vehemencia en sus afirmaciones y termine por traicionarse. Una vez más , si percibe que una persona está tratando de ocultarle algo, pero solo con un éxito parcial, simule no creerle. La oposicion de su parte hará que deje de lado ese ocultamiento de la verdad y que utilice toda la fuerza de ésta para vencer su incredulidad.


♠Arthur Schopenhauer,
1788 - 1860
Ley Numero 14,
Extraido de las 48 Leyes de Poder,
Robert Greene - Joost Elfers

1 comentario:

ITZERATL dijo...

La Mentira.¿por qué la mayoría de las veces los hombres, en la vida, dicen la verdad?Seguramente no es porque un Dios haya prohibido la mentira. Sino que es,en primer lugar, porque eso es más fácil, pues la mentira exige invención, disimulo y memoria.(He ahí por que Swift dice: "El que profiere una mentira rara vez se da cuenta del pesado fardo que se impone; en efecto, le hace falta, para sostener su mentira, inventar otras veinte").Y, en segundo lugar, porque en circunstancias sencillas, es ventajoso hablar francamente: yo quiero esto, he hecho esto, y así sucesivamente; en fin, porque el procedimiento de la sujeción y de la autoridad es más seguro que el de la astucia. Pero, por poco complicadas que hayan sido las circunstancias domésticas en que ha sido educado un niño, se sirve con toda naturalidad de la mentira y dices involuntariamente siempre lo que redunde en su provecho: un sentido de la verdad, una repugnancia por la mentira en sí mismo, le son complemtamente extraños e inaccesibles, y miente con la mayor naturalidad.
F. Nietzsche
Humano Demasiado Humano