Oh! tú, Que vienes al doloroso hospicio, mira como entras y de quien te fías, no te engañe la amplitud de la entrada - - Canto V, Divina Comedia

♠Introducción A historia Calaminatum♠

♠Introducción A historia Calaminatum♠

Muchas veces el ejemplo es mas eficaz que las palabras para conmover los corazones de hombres y mujeres, como también para mitigar sus penas. Por eso, como yo también he conocido el consuelo proporcionado por la conversación con alguien que fue testigo de ellas, me propongo ahora a escribir sobre los sufrimientos provocados por mis desventuras para quien, aún estando ausente, siempre sabe dar consuelo. Lo hago para que, al comparar tus penas con las mías, descubras que las tuyas no son nada verdaderamente, o a lo sumo de poca monta, y así podrás soportarlas más fácilmente.


♠Henry Miller.
Trópico de Capricornio.

20090818

Un Pecado Capital Acecha En Cada Esquina En Cada Hogar. Y Aun Así Lo Toleramos. Todo El Día,

- Ha matado a gente inocente para ponerse cachondo -sentenció Mills-. Eso es lo que ha hecho
-¿Gente inocente? ¿Está de guasa, detective? Piense en la gente a la que he matado. Un obeso, un hombre repugnante que apenas se sostenía en pie de lo gordo que estaba. Si lo viera por la calle se lo señalaría a sus amigos para que todos juntos pudieran burlarse de él. Si lo viera durante la comida sería incapaz de acabarse el plato. Luego está el abogado. Y ustedes dos deben de haberme dado las gracias en su fuero interno por eso, detectives. Se trataba de un hombre que dedicaba su vida a ganar dinero mintiendo a diestro y siniestro para lograr que los violadores, los mafiosos y los asesinos siguieran en la calle.
- ¿Asesinos? -exclamó Mills-. Mira quién habla.
- Una mujer que... -prosiguió Doe sin hacerle caso.
- Quiere decir asesinos como usted, ¿no? -insistió Mills.
- Una mujer tan fea por dentro que se sentía incapaz de seguir viviendo si no podía seguir siendo hermosa por fuera -lo atajó Doe levantando la voz-. Un camello perezoso; un cabello perezoso y pederasta, para ser exactos. -Lanzó una risista desdeñosa-. Y no olvidemos a la puta que se dedicaba a extender enfermedades. Sólo en un mundo tan podrido como éste se atrevería a afirmar que eran personas inocentes. He aqui el quid de la cuestión -Añadió a gritos-.

Un pecado capital acecha en cada esquina en cada hogar. Y aun así lo toleramos. Todo el día,

♠Anthony Bruno
Seven (Los Siete Pecados Capitales)
diarios de John Doe
Cap. 24

No hay comentarios: