Eres joven y deseas casarte y tener hijos. Pero mi pregunta es: “¿Tienes el derecho a aspirar a la paternidad? ¿Has triunfado, te has vencido a ti mismo, has dominado tus sentidos, eres señor de tus virtudes? – te pregunto –. ¿O tu deseo es una manifestación de tu instinto animal, de tu necesidad sexual, de tu soledad, o de que estás insatisfecho de ti mismo?”(…)
Llamo matrimonio a la voluntad que tiene una pareja de crear a alguien que sea superior a quienes la crearon. (…) ¿Cómo llamar a lo que la gente que está de más llama matrimonio?; ¿Cómo llamar a esa miseria del alama compartida por una pareja, a esa suciedad del alma que afecta una pareja, a ese bienestar digno de lástima que presenta una pareja? A todo eso lo llaman matrimonio, y aseguran que esa unión ha sido bendecida por el cielo. (…)
¿Y llamáis amor a esa serie de pequeñas estupideces a las que pone fin un matrimonio que las convierte en un única y duradera estupidez?.
Friedrich Nietzsche
Así Habló Zaratustra
Los Hijos Y El Matrimonio
Pag. 92
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