Oh! tú, Que vienes al doloroso hospicio, mira como entras y de quien te fías, no te engañe la amplitud de la entrada - - Canto V, Divina Comedia

♠Introducción A historia Calaminatum♠

♠Introducción A historia Calaminatum♠

Muchas veces el ejemplo es mas eficaz que las palabras para conmover los corazones de hombres y mujeres, como también para mitigar sus penas. Por eso, como yo también he conocido el consuelo proporcionado por la conversación con alguien que fue testigo de ellas, me propongo ahora a escribir sobre los sufrimientos provocados por mis desventuras para quien, aún estando ausente, siempre sabe dar consuelo. Lo hago para que, al comparar tus penas con las mías, descubras que las tuyas no son nada verdaderamente, o a lo sumo de poca monta, y así podrás soportarlas más fácilmente.


♠Henry Miller.
Trópico de Capricornio.

20070416

Borrador de la carta q’ Ch. B. pensaba escribir a J. Janin.



“usted es un Hombre feliz, Le compadezco, señor, por ser tan fácilmente feliz. ¡ya tiene q’ haber caido bajo un hombre para creerse feliz…! ¡ah! Usted es feliz, señor, ¡y que! Si usted dijera: soy virtuoso, comprendería lo q’ en esta frase se sobre entiende:
Sufro menos q’ otros. Pero NO, usted es Feliz. ¿Fácil de contentar entonces? Le compadezco y considero más distinguido mi mal humor q su felicidad celestial. Llegaría incluso a preguntarle si los espectáculos de la vida le bastan. ¡Que! ¿Nunca sintió ganas de irse, aunque fuera solo por cambiar de espectáculo? Tengo muy serias razones para no compadecer a quien no ama la muerte”.


*Charles Baudelaire


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