Un día el caminante cerró violentamente una puerta tras de sí, se detuvo y se puso a llorar. Luego dijo: ¡Estoy harto de esta inclinación, de este impulso a lo verdadero, lo real, lo no aparente, lo cierto! ¿Porque me persigue Precisamente a mi este acosador sombrío y apasionado? Me gustaría tomarme un descanso, ¡Pero no me lo permite! ¡Y cuantas cosas me sugieren la seducción del descanso! Por todas partes veo jardines de armida; ¡Por eso sufre continuamente mi corazón nuevos desgarrones y nuevas amarguras! He de seguir avanzando, levantar estos pies cansados, heridos: Y como he de avanzar, a menudo, no tengo para las cosas bellas que no han logrado detenerme más que una mirada furiosa, ¡PORQUE NO LOGRARON RETENERME!
♠Friedrich Wilhelm Nietzsche
Gaya Ciencia, Af. 309
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