Me han dicho que piense con el corazón
pero el corazón, como el cerebro, conduce al desamparo;
me han dicho que piense con el latido,
que cambie el ritmo de la acción cuando el latido se acelere
hasta que en un plano se confundan el campo y los tejados
tan rápido me muevo por desafiar al tiempo, el caballero quieto
cuya barba se agita en el viento de Egipto.
He oído el contar de muchos años
y muchos años tendrían que atestiguar un cambio.
La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque
aún no ha tocado el suelo.
♠Dylan Thomas,
Si Los Faroles Brillaran,
Collected Poems.
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